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Después de 31 años... Una importante reforma tributaria y lo que significa para usted La verdadera reforma de la ley tributaria sólo ocurre aproximadamente una vez cada 30 años. En los últimos 75 años, la ley tributaria estadounidense sólo ha experimentado tres revisiones importantes; una en 1954, la siguiente en 1986 y la más reciente a finales de 2017. Como profesional de impuestos, he tenido la suerte de estar muy involucrado en las dos últimas reformas. En 1986, era gerente del Departamento de Impuestos Nacionales (NTD) de Ernst & Whinney (ahora Ernst Young). Mi principal responsabilidad durante mis tres años allí fue crear, impartir y administrar cursos de impuestos para los profesionales de impuestos de la Firma en los EE. UU. Justo cuando llegué en el verano de 1985, descubrí que gran parte de los recursos de NTD se estaban dedicando a seguir el proyecto de reforma fiscal que se había presentado ese año. Esto me dio, como joven profesional de impuestos, una visión sorprendente del proceso legislativo, así como del intercambio de caballos por la reforma tributaria. El presidente Reagan quería dos cosas; simplicidad (la ley de 1985 se llamó Ley de Simplificación Fiscal de 1985) y quería que fuera neutral en cuanto a ingresos (sin aumento neto del déficit). Pasó otro año antes de que finalmente se aprobara el proyecto de ley como Ley de Reforma Tributaria de 1986. (La simplicidad pasó a un segundo plano frente a otros objetivos de la reforma). En 1986, los grandes ganadores de la reforma tributaria fueron los individuos, con tasas impositivas significativamente más bajas, las compañías de seguros. (que salió relativamente ileso) y las empresas. El gran perdedor fueron los inversores inmobiliarios (las reglas de pérdidas pasivas se utilizaron como un último esfuerzo para hacer una factura “neutral en cuanto a ingresos”. El resultado, unos años más tarde, fue la debacle de Ahorros y Préstamos acompañada por una depresión inmobiliaria masiva y el gobierno rescata el sector inmobiliario a través de la RTC (Resolution Trust Corporation). Avance rápido 31 años hasta 2017. El presidente Trump había prometido estímulo económico y había salido de los obstáculos al no derogar ObamaCare. Todos pensaban que la reforma fiscal tardaría dos años. completarse como lo había hecho en 1985 y 1986. En cambio, el Congreso controlado por los republicanos pudo utilizar hábiles reglas de procedimiento para aprobar una importante reforma tributaria en un tiempo récord (menos de tres meses de principio a fin). Se conocen claramente los ganadores y perdedores, entre los que se incluyen empleados que perdieron deducciones por mudanzas, gastos de inversión y reducciones en los intereses de las hipotecas de viviendas y deducciones del impuesto estatal sobre la renta. Entre los ganadores se encuentran las grandes corporaciones, con una importante reducción fiscal del 35%; las grandes corporaciones, con una importante reducción fiscal del 35% al 21%, las pequeñas empresas, con una deducción del 20% sobre los ingresos netos, y los bienes raíces, con importantes incentivos a la depreciación y la Deducción del 20% de los ingresos netos otorgada a otras pequeñas empresas. La clave a recordar es que muy pocas personas tuvieron la oportunidad de influir en esta legislación. Todos tienen las mismas oportunidades de aprovechar las ganancias inesperadas que reciben los ganadores. Los empleados pueden optar por ser contratistas independientes y recibir la deducción del 20% para pequeñas empresas. Los profesionales de servicios que quedaron fuera de la deducción del 20% ahora pueden convertirse en corporaciones C y reducir su tasa impositiva al 21%. Los inversores que recibieron beneficios fiscales por los costos de invertir en el mercado de valores pueden comenzar a invertir en bienes raíces, con sus enormes beneficios fiscales, o invertir a través de su Roth IRA o Roth 401(k) y evitar impuestos por completo sobre los ingresos y ganancias de sus inversiones. La riqueza libre de impuestos consiste en utilizar la ley tributaria de la forma en que debe usarse: como una serie de incentivos para hacer lo que el gobierno quiere que usted haga. Esta Segunda Edición incorpora algunas ideas sobre cómo utilizar los nuevos incentivos. La realidad es que los incentivos no cambian mucho. El gobierno todavía quiere que las empresas contraten empleados, por lo que reciben beneficios fiscales por hacerlo. El gobierno todavía quiere que los inversores proporcionen viviendas a los inquilinos (aún más ahora), por lo que los inversores inmobiliarios reciben grandes exenciones fiscales por cumplir con los objetivos del gobierno. Energía